Basta saberse mortal, pequeñito, casual,
un instante de prisa,
para evitar la brisa eterna y sabia de la realidad.
Basta cuidar el fulgor de la chispa que ardió
temblorosa en tu mano
para dormirte a salvo del abrazo de la soledad.
Basta saber escuchar el silencio que hay
entre el labio y el beso
para encontrar en ese parpadeo la inmortalidad.
Basta creer en la voz del amigo, canción
de una rosa de un verso,
para curar inviernos, malos sueños, deshumanidad.
Y me basta verte sonreir así
para seguir caminando el viaje,
de vivir ardiendo fuego
y entre tus pechos cantar la canción de la necesidad de aquella melodía,
la que cantó mi abuelo al Sol bajándose del tren,
la que andará nombrando la tristeza y la alegría,
la que dejó en tu corazón retazos de un querer,
la canción que va sin preguntar, quemante y aguerrida,
la que talló y retrató mi viejo y su pincel,
la que será aún en la censura y en la mentira,
la que pasó como el amor, rozándome la piel.
Basta jamás resignarse al vacío final,
a la sombra implacable,
para que nos alcance en pleno brillo la fatalidad.
Y me basta verte sonreir así,
para seguir caminando el viaje,
caminando el viaje,
de vivir...
Desvaríos...
El día menos pensado lo sabrás, ojalá no sea demasiado tarde y yo aún lo recuerde.
Necesito que tus silencios sean más escasos y que tu presencia sea más frecuente.
Absolutamente nada es absoluto.
sábado, 26 de septiembre de 2009
Con eso basta - Fede Comín
Publicado por Ivanx 0 comentarios
Etiquetas: Fede Comin; Con eso basta
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