Te conocí cenando dos bocanadas de humo de cigarrillo a medio consumir. Un gran acierto descubrirte distinta en una marea de rostros y máscaras.
Las sombras delinearon tu silueta, la luz de las antorchas te develaron entre destellos armónicos que me enseñaron el brillo de tus ojos y el resplandor de tu rostro.
El silencio cómplice de otros silencios susurró tu llegada.
Los muros, testigos del suceso, decidieron simplemente callar.
Dos pares de ojos sonrieron y dos pares de manos empezaron a soñar.
Tailandia para principiantes
Hace 6 años
1 comentarios:
Una reinauguración espléndida -ambos textos- la de tu blog. Da gusto leerte y ver que contienes en cada palabra lo mejor de tu esencia, que es tuyo y es todo.
Da gusto leerte y sentir que el Atlántico puede reducirse a un charquito.
Da gusto leerte y sentir que eres verdad y que eso transmites.
Da gusto, en definitiva.
Besos mil, pequeñajo.
En breve, retomaré también mi blog.
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